En los programas sobre “Gestión del Tiempo y Mejora de la productividad” que imparto me doy cuenta de que planificamos nuestras tareas y las de nuestro equipo, en el mejor de los casos priorizando en función de la importancia y de la urgencia de la tarea, en otros casos rellenando literalmente los huecos que tenemos en las agendas y que no han sido bloqueados por la interminable cantidad de reuniones en las que estamos agendados, pero raramente nos organizamos en función de la nuestras características particulares, nuestro nivel de energía y el de nuestros compañeros.
Quiero compartir contigo una información relevante, hace unos años, científicos de la Universidad de Surrey, una universidad del sudeste de Inglaterra, especializada en Ingeniería, Medicina y Negocios, descubrieron un gen al que denominaron Período-3 y que influye en nuestro cronotipo, que además hay dos versiones de este gen, una mas larga y otra más corta. Si buscas en Wikipedia, encontrarás que cada persona tiene un ritmo circadiano diferente y que las variaciones son los cronotipos, se trata por tanto de un atributo de las personas que indica a qué hora del día sus funciones físicas cambian o se activan, a efectos de productividad, diríamos que hay personas que son mas bien matutinas, es decir con un gen más largo y que llamamos también “alondras” y otras personas que llamamos nocturnas, es decir, con un gen más corto y que denominamos “búhos”, también hay personas intermedias, que se adaptan a ambos tipos fácilmente y que llamamos “colibríes”. Bueno, pues parece que hay una predisposición genética a pertenecer a un tipo de cronotipo determinado.
Te descubrirás siendo tu mismo o descubrirás dentro de tu equipo a los “ALONDRAS” si te gusta madrugar, eres activo, tienes más energía por la mañana y conforme va pasando el día te vas encontrando cansado y malhumorado. Dicen que alrededor del 20% de las personas son alondras.
A los “BÚHOS” por el contrario les cuesta madrugar, necesitan tiempo para despertarse y conforme avanza el día van encontrándose más activos, dicen que es a partir de las 18:00 cuando comienza su actividad. Igual que en caso anterior, parece que el 20% de las personas pueden ser consideradas búhos.
La mayor parte de las personas, alrededor del 60% son intermedios o “COLIBRIES”, personas que no se identifican con ninguno de los anteriores y que además se pueden adaptar fácilmente a los ritmos.
¿Sabes ya a cuál de los cronotipos perteneces tu?
Las personas tenemos biotipos diferentes y conocerlos nos permite organizar nuestras tareas y aprovechar nuestros momentos de máxima energía para trabajar y mejorar nuestra productividad en lugar de forzarnos a trabajar en horarios en los que no estamos rindiendo plenamente.
Si logramos organizarnos nosotros y nuestro equipo de forma que trabajen en su mejor momento, lograremos también un aumento de la productividad y también empleados más felices y mas integrados con la empresa.
¿Cómo puedes saber cual es tu mejor momento del día?
Si todavía no lo tienes claro o no sabes cual es el mejor momento del día para tus colaboradores, te recomiendo que emplees una herramienta que usamos habitualmente en los programas sobre Gestión del Tiempo y Mejora de la Productividad que imparto, se trata de hacer una EVALUACIÓN DE NUESTRO NIVEL DE ENERGÍA, se trata de anotar en nuestra agenda laboral de cada día, al lado de las horas y junto a las tareas que estás haciendo una evaluación de tu nivel de energía en cada hora. Esta evaluación la puedes hacer añadiendo un número del 1 al 5 o anotando al lado una cara sonriente o triste o por ejemplo una flecha hacia arriba o hacia abajo en función de si te sientes con mas o con menos energía. Realiza esta medición de manera constante durante al menos 15 días y con esta información podrás observar que momentos del día y de la semana son en los que te encuentras con más energía.
Con esta información podrás organizar tus tareas más importantes, de mayor concentración y que requieran de una mayor exigencia mental en las horas en las que tienes más energía y podrás dejar para tareas rutinarias, sencillas y de menor exigencia en los momentos de menor energía. Este simple hecho puede resultar un cambio muy positivo en tu productividad y en la de tu equipo, pruébalo y me lo cuentas.
Lucía Barrachina (Experta en Gestión de Equipos y Talento)