En su libro “La práctica de la Inteligencia emocional”, Daniel Goleman nos relata un par de casos en los que el carecer de competencias emocionales impide el desarrollo de competencias y destrezas técnicas, vamos a ver estos dos ejemplos:
Uno de ellos es el caso que plantea Sternberg ( Robert Jeffrey Sternberg es un psicólogo estadounidense profesor de la Universidad de Yale y expresidente de la APA, American Psichology Asociation) sobre 2 estudiantes de último año de carrera en la Universidad de Yale, uno de ellos era un alumno brillante y creativo, uno de los mejores de su promoción, la cuestión es que saberse brillante le convertía en una persona “insoportablemente arrogante” por ello no caía especialmente bien a quienes tenían que trabajar con el. Como su historial académico era tan bueno, cuando se graduó fue entrevistado por multitud de de empresas. Obviamente en las entrevistas de trabajo salía a relucir su arrogancia y finalmente solo recibió una propuesta de una de las empresas que además no era de las más importantes en el sector. El otro alumno que había estudiado lo mismo y que no era tan brillante como el primero, poseía en cambio habilidades interpersonales que le resultaban útiles para trabajar en equipo y conectar con otros, de las ocho entrevistas a las que acudió, recibió ofertas de siete de ellas. Desafortunadamente el primero fue despedido de su primer empleo a los dos años y en cambio el segundo acabó logrando el éxito en su actividad profesional.
Definitivamente, este ejemplo nos muestra como las habilidades de inteligencia emocional son sinérgicas respecto a las habilidades técnicas, los mejores trabajadores tienen ambas porque cuanto mas complejo sea un proyecto o un determinado trabajo, mayor es la importancia que la inteligencia emocional tiene, sobre todo porque su deficiencia puede obstaculizar el uso de las habilidades técnicas que tenga el profesional.
Como dice Daniel Goleman: “Out of control emotions, make smart people stupid”, y es que tener una capacidad intelectual no te garantiza que puedas desarrollarla si no tienes previamente un control de tu capacidad emocional que te permita actuar en el momento adecuado, en el grado adecuado de la forma adecuada. Otro ejemplo que nos explica este libro es el caso de un ejecutivo altamente competente para alcanzar el puesto de Director General de las empresas más importantes, fue entrevistado para este perfil para una empresa familiar en situación de conflicto, cuando fue evaluado por los técnicos de RRHH para detectar su capacidad para manejar las crisis y la complejidad, en las fases de entrevistas se evidenció el motivo por el que había abandonado su anterior trabajo, la cuestión es que no había sido capaz de tomar el control ni enfrentarse a sus subordinados a quienes todavía responsabilizaba del abandono de la empresa, esta incapacidad emocional de hacer frente a situaciones complejas eclipsaba completamente su capacidad racional de actuar en momentos de crisis.
Como dice Doug Lennick, vicepresidente de la American Express Financial Avidsors, “La razón por la cual la gente no aprovecha plenamente su potencial es la incompetencia emocional”, afortunadamente cada vez son mas las organizaciones que se están dando cuenta de esto y por eso invierten en programas de capacitación en inteligencia emocional para sus empleados, que además suponen una mejora en el nivel de compromiso de los empleados que repercute en los resultados a efectos de productividad y de satisfacción del cliente. Si necesitas mas información te recomiendo la lectura del libro de Daniel Goleman sobre “Inteligencia Emocional en el trabajo” y “La práctica de la Inteligencia Emocional”.
