Cuidar la coherencia de la imagen y los valores de la empresa
Ayer, al salir de una reunión de trabajo con un compañero, era ya media mañana y fui a uno de los sitios que más me gusta en mi ciudad a tomar almorzar, se trata de un sitio en pleno centro, una calle conocida, el sitio tiene un ambiente relajado, natural, con una filosofía de comida sana y natural, siempre fresca. El entorno despierta una sensación saludable, fresca, los colores son cálidos y agradables, la música es relajada y te invita a vivir una experiencia agradable y relajada en pleno centro de la ciudad, sirven productos de calidad, cuidan el medio ambiente, emplean envases reciclables, en definitiva, un sitio que me encanta y donde me gusta invertir mi tiempo y mi dinero. La cuestión es que la persona que me atendió estaba en ese momento sola, una chica joven con una buena imagen personal que al preguntarle yo alguna cuestión relacionada con los productos y respecto a donde estaba el aseo, me dijo en menos de 3 minutos, amor y cariño 5 veces y no es que me desagrade, sino que no tenemos tanta confianza, jejeje… además al estar sola esta chica iba de un lado para otro, corriendo literalmente por el pasillo de la zona de entrada hasta la de comedor, cuando te atendía no te podía mirar porque estaba a la vez preparando otras cosas y se movía de forma frenética, al ir a pagar mi cuenta, intenté empatizar con ella y comentarle que llevaba un ritmo vertiginoso y su respuesta fue que era porque los clientes no leíamos el cartel sobre lo que teníamos que pedir y eso no le ayudaba… imaginad mi cara de sorpresa… todo el comportamiento de esta persona estaba en incoherencia con el objetivo de la empresa, paz, calma, bienestar, armonía… os prometo que tuve que contenerme para simplemente sonreír e intentar conectar con esta persona que en realidad creo que tenía un potencial buenísimo pero que desafortunadamente estaba mal formada.
Al fin y al cabo este profesional no está siendo consciente de toda esta información, probablemente yo soy más observadora que otros clientes porque mi trabajo consiste en el desarrollo profesional y la calidad del servicio de las personas, pero el motivo de artículo es que desde ayer no dejo de darle vueltas a esta pregunta, ¿qué motiva a un empresario a invertir en una imagen de marca fabulosa, en una idea de negocio estupenda, en ubicarse en uno de las mejores calles de la ciudad, en ofrecer productos de alta calidad a un precio justo y sin embargo no formar a su equipo en que la comunicación tanto verbal como no verbal, la imagen y el mensaje que trasmite la empresa tiene que estar en coherencia con la que transmite su personal?
Todo esto me hace plantearme que estamos todavía a años luz si no conseguimos valorar la formación como lo más importante, porque son estos detalles los que nos diferencian en el mercado y sobretodo porque resulta mucho mas rentable formar a mi equipo que arriesgarme a que mis clientes detecten esta falta de estrategia y coherencia en una imagen de marca que desde fuera transmite una cosa pero que obviamente desde dentro no se está cuidando.
Ojalá este mensaje llegue a muchas personas que puedan plantearse como mejorar su imagen, de dentro hacia fuera, os invito a leer un artículo que escribí sobre considerar la formación como un gasto o como una inversión y espero que también os guste. https://www.luciabarrachina.com/la-formacion-como-inversion-o-como-gasto/
Salud para todos.
Lucía Barrachina (Dtor proyectos HIT)