La formación como inversión o como gasto

 

He estado un par de semanas trabajando mucho el área comercial y de relación en HIT, y por eso me han surgido ciertas reflexiones que me gustaría compartir, he tenido varias conversaciones con responsables de RRHH y gerentes de empresas con los que he podido compartir opiniones, en definitiva, me doy cuenta de que a excepción de las empresas multinacionales y de las grandes empresas nacionales, que en general invierten sumas bastante importantes en la formación de sus recursos humanos, la mayor parte de las empresas, en la Comunidad Valenciana, muchas de ellas de origen familiar y de pequeño tamaño, no ofrecen formación a sus trabajadores.

formacion hit by lucia barrachinaEn estos casos la formación suele ser considerada como un lujo que se permiten solo cuando hay beneficios, desde este prisma, la formación se considera un premio o una consecuencia de que hayan beneficios, cuando realmente la formación debe plantearse como la causa de que hayan estos beneficios, es decir, invierto en mi equipo, mejora la calidad y la rentabilidad de mis servicios o productos y por tanto, incremento mis beneficios.

Otra de las situaciones con las que me estoy encontrando es la cantidad de empresas que postergar las decisiones de la formación que van a dar a sus empleados a final de año, cuando se encuentran con que tienen que agotar unos “Créditos de formación”, esto supone que no se realiza la formación vinculada a un programa relacionado con los objetivos estratégicos, que no se ha llevado a cabo un plan de formación adecuado, por tanto, probablemente, cuando acabe el año, se realizará la formación inadecuada al personal inadecuado y en el momento menos oportuno, por tanto, el éxito de la misma será bastante improbable y además esta situación colaborará con la idea de la poca eficacia de la formación y de considerarla como un gasto.

Lógicamente, si se considera que la formación es un gasto, intentaré, haré la estrictamente obligatoria y tenderé a realizarla solamente en el caso de que pueda no costarme nada, es decir, que pueda bonificarla íntegramente, con lo que surge otro de los casos con los que me estoy encontrando, y es el concepto, solamente formo a mi equipo si esta formación no me cuesta nada.

Con toda esta experiencia me planteo que puedo hacer como profesional del desarrollo de las personas en las empresas, de la gestión del talento, que empleo la formación como herramienta para impulsar a las personas y a las empresas en su crecimiento. ¿Cómo puedo transmitir que la formación es una estrategia, una inversión a medio y largo plazo que su no empleo conlleva costes como la baja productividad, la mala calidad en los servicios o atención al cliente, la infrautilización del tiempo, de las herramientas de gestión, el absentismo, la impuntualidad, la fuga de talento…?

Voy a seguir reflexionando sobre esto, si tienes alguna idea, por favor, compártela conmigo y ayúdame en mi misión de conseguir un mundo donde trabajar en empresas productivas y felices.

Lucía Barrachina (Dirección Proyectos RRHH)

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