Esta semana he tenido la oportunidad de realizar un trabajo de motivación y formación para una empresa del sector turístico, he estado en Benidorm con los equipo de varias delegaciones provinciales de TUI-TRAVEL, desarrollando procesos que mejoren la creatividad, la innovación y la proactividad en sus trabajadores.
Ha sido una experiencia muy gratificante, muy divertida e instructiva… una de las cosas que más me gusta de mi trabajo es la oportunidad de conocer diferentes paradigmas de pensamiento y la oportunidad de aprendizaje que me ofrece con cada experiencia… así es que, al volver de este proceso se me han ocurrido algunas ideas que quiero compartir con vosotros…
Actualmente, las empresas necesitan profesionales flexibles, que se puedan adaptar fácilmente a las circunstancias y que sepan gestionar los cambios y la incertidumbre. Personas satisfechas con su trabajo y orientadas a resultados, en definitiva, personas PROACTIVAS. Cada vez más se considera esta habilidad como una de las competencias claves en los procesos de selección de profesionales.
Ser proactivo no consiste únicamente en tener ideas maravillosas sobre lo que nos gustaría que fuera y no es… pensar está muy bien, es el primer paso para provocar cambios, pero no es suficiente…
Una parte del trabajo con mis clientes es concretamente esto, como dar el salto de los pensamientos, de los sueños en definitiva, a la realidad, en esto consisten básicamente mis procesos de coaching, en impulsar a la ACCIÓN. Algunos dirían “salir de la zona de confort”, aunque a mí no me gusta mucho utilizar este concepto que a mi juicio está muy manido, pero básicamente me refiero a eso, a adoptar la actitud y el estado mental necesario para vencer los miedos y tomar acción.
Una buena noticia es que podemos ser capaces de transformar esos sueños o ideas en acciones para obtener resultados. Vamos a partir del paradigma de que ser proactivo es una conducta y no una característica de la personalidad, tener una actitud proactiva, al ser una conducta, podemos entrenarla y desarrollarla.
Para poder desarrollar una conducta proactiva debemos tener en cuenta aspectos como pensamiento estratégico, uso del lenguaje, creencias, hábitos, energía o motivación, cuestiones emocionales y el entrenamiento para adoptar decisiones y planificarlas hacia un objetivo previamente establecido y diseñado.
Otra buena noticia es que una vez hemos desarrollado esta habilidad en un ámbito, por ejemplo el profesional, podemos trasladar las mismas herramientas y pautas a otros ámbitos de nuestra vida, para aprender a tomar decisiones y asumir la responsabilidad de hacer que las cosas ocurran, crear las oportunidades.
Se me ocurre una razón más, para adoptar este comportamiento, y es que motiva muchísimo ya que se refleja un pensamiento positivo, se estimula la creatividad, genera autoconfianza y seguridad en uno mismo, mejora el rendimiento y la productividad, en definitiva, te permite disfrutar más y mejor de lo que haces.
Personalmente, me encanta rodearme de personas proactivas, en mi vida, en mis proyectos profesionales, en mis relaciones… generalmente estas personas disfrutan de su trabajo y de su vida, se exigen ellas mismas la mejora constante y también me lo exigen a mi… generalmente son personas de éxito con las que da gusto compartir momentos.
Aprovecho para enviar dejaros también unas fotos con los alumnos del curso de esta semana y para agradecerles también su participación y su actitud “proactiva” en el mismo, también quiero agradecer a idit-consultores y a TUI-TRAVEL su confianza.
Salud.
Lucía Barrachina (Dirección de Proyectos HIT)